La memoria en Charles Baudelaire y Paul Verlaine
Traducción del francés por César Martínez Celis Díaz
Textos originales de Charles Baudelaire & Paul Verlaine
Edición por Alfonso Conde
Imagen: «Autumn Landscape» de Jean-Baptiste-Camille Corot
La campana agrietada – Charles Baudelaire
Resulta amargo y dulce, en las noches invernales,
Escuchar, junto al fuego que palpita y humea,
Lentamente elevarse los recuerdos distantes
Al tiempo que en la bruma un carillón tintinea.
¡Dichosa esa campana y su gorja vigorosa
Que, aunque ha envejecido, aún entera y alerta,
Con fidelidad lanza su queja religiosa,
Como un viejo soldado que custodia su tienda!
Mas mi alma está agrietada, y cuando sufriendo hastío
Quiere colmar de cantos las noches de aire frío,
Ocurre en ocasiones que su hablar atenuado
Parece estertor denso de un herido olvidado
Por un lago de sangre, bajo un sinfín de muertos
Y que muere ahí, inerte, tras inmensos esfuerzos.
Nevermore – Paul Verlaine
¡Memoria, di, memoria! ¿Qué quieres? El otoño
Hacía emprender vuelo al zorzal por el aire átono,
Mientras el sol lanzaba un solo rayo monótono
Al follaje ambarino donde el bise detona.
Estábamos a solas, caminando ensoñados,
Ella y yo, el pensamiento y el cabello volando.
De pronto, su mirada tierna hacia mí arrojando,
Dijo en voz de oro: “¿Cuál día fue tu más preciado?”
El angelical timbre en su voz, firme y calmada.
En forma de respuesta una sonrisa velada,
Cuando su mano blanca besé con devoción.
—¡Ah! ¡Pero qué fragantes son las primeras flores!
¡Y el murmullo adorable en aquella evocación
Del primer sí, en los labios de ellos nuestros amores!
La cloche fêlée – Charles Baudelaire
II est amer et doux, pendant les nuits d’hiver,
D’écouter, près du feu qui palpite et qui fume,
Les souvenirs lointains lentement s’élever
Au bruit des carillons qui chantent dans la brume.
Bienheureuse la cloche au gosier vigoureux
Qui, malgré sa vieillesse, alerte et bien portante,
Jette fidèlement son cri religieux,
Ainsi qu’un vieux soldat qui veille sous la tente!
Moi, mon âme est fêlée, et lorsqu’en ses ennuis
Elle veut de ses chants peupler l’air froid des nuits,
II arrive souvent que sa voix affaiblie
Semble le râle épais d’un blessé qu’on oublie
Au bord d’un lac de sang, sous un grand tas de morts
Et qui meurt, sans bouger, dans d’immenses efforts.
Nevermore – Paul Verlaine
Souvenir, souvenir, que me veux-tu? L’automne
Faisait voler la grive à travers l’air atone,
Et le soleil dardait un rayon monotome
Sur le bois jaunissant où la bise détone.
Nous étions seul à seule et marchions en rêvant,
Elle et moi, les cheveux et la pensée au vent.
Soudain, tournant vers moi son regard émouvant:
«Quel fut ton plus beau jour?» fit sa voix d’or vivant,
Sa voix douce et sonore, au frais timbre angélique.
Un sourire discret lui donna la réplique,
Et je baisai sa main blanche, dévotement.
— Ah! les premières fleurs, qu’elles sont parfumées!
Et qu’il bruit avec un murmure charmant
Le premier oui qui sort de lèvres bien-aimées!
La cloche fêlée – Charles Baudelaire
II est amer et doux, pendant les nuits d’hiver,
D’écouter, près du feu qui palpite et qui fume,
Les souvenirs lointains lentement s’élever
Au bruit des carillons qui chantent dans la brume.
Bienheureuse la cloche au gosier vigoureux
Qui, malgré sa vieillesse, alerte et bien portante,
Jette fidèlement son cri religieux,
Ainsi qu’un vieux soldat qui veille sous la tente!
Moi, mon âme est fêlée, et lorsqu’en ses ennuis
Elle veut de ses chants peupler l’air froid des nuits,
II arrive souvent que sa voix affaiblie
Semble le râle épais d’un blessé qu’on oublie
Au bord d’un lac de sang, sous un grand tas de morts
Et qui meurt, sans bouger, dans d’immenses efforts.
Nevermore – Paul Verlaine
Souvenir, souvenir, que me veux-tu? L’automne
Faisait voler la grive à travers l’air atone,
Et le soleil dardait un rayon monotome
Sur le bois jaunissant où la bise détone.
Nous étions seul à seule et marchions en rêvant,
Elle et moi, les cheveux et la pensée au vent.
Soudain, tournant vers moi son regard émouvant:
«Quel fut ton plus beau jour?» fit sa voix d’or vivant,
Sa voix douce et sonore, au frais timbre angélique.
Un sourire discret lui donna la réplique,
Et je baisai sa main blanche, dévotement.
— Ah! les premières fleurs, qu’elles sont parfumées!
Et qu’il bruit avec un murmure charmant
Le premier oui qui sort de lèvres bien-aimées!
La campana agrietada – Charles Baudelaire
Resulta amargo y dulce, en las noches invernales,
Escuchar, junto al fuego que palpita y humea,
Lentamente elevarse los recuerdos distantes
Al tiempo que en la bruma un carillón tintinea.
¡Dichosa esa campana y su gorja vigorosa
Que, aunque ha envejecido, aún entera y alerta,
Con fidelidad lanza su queja religiosa,
Como un viejo soldado que custodia su tienda!
Mas mi alma está agrietada, y cuando sufriendo hastío
Quiere colmar de cantos las noches de aire frío,
Ocurre en ocasiones que su hablar atenuado
Parece estertor denso de un herido olvidado
Por un lago de sangre, bajo un sinfín de muertos
Y que muere ahí, inerte, tras inmensos esfuerzos.
Nevermore – Paul Verlaine
¡Memoria, di, memoria! ¿Qué quieres? El otoño
Hacía emprender vuelo al zorzal por el aire átono,
Mientras el sol lanzaba un solo rayo monótono
Al follaje ambarino donde el bise detona.
Estábamos a solas, caminando ensoñados,
Ella y yo, el pensamiento y el cabello volando.
De pronto, su mirada tierna hacia mí arrojando,
Dijo en voz de oro: “¿Cuál día fue tu más preciado?”
El angelical timbre en su voz, firme y calmada.
En forma de respuesta una sonrisa velada,
Cuando su mano blanca besé con devoción.
—¡Ah! ¡Pero qué fragantes son las primeras flores!
¡Y el murmullo adorable en aquella evocación
Del primer sí, en los labios de ellos nuestros amores!
César Martínez Celis Díaz estudia actualmente el tercer año del Doctorado en Literatura Mundial en la Universidad Estatal de San Petersburgo, en donde realiza una investigación sobre el discurso melancólico en el Simbolismo francés y ruso. Es Maestro en Literatura Comparada por la Universidad Sorbona de París y Licenciado en Literatura Inglesa por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha ejercido como docente de Literatura inglesa y francesa en la UNAM y de Traducción y Teoría Literaria en la Universidad del Claustro de Sor Juana.